Las noche lluviosas de abril,
sentado en el banco de marfil,
abriendo el cofre de mis recuerdos
que sellé con tu silencio.
Viendo pinturas sin color,
leyendo libros sin autor,
el boceto es tu cuerpo
y los versos, tus besos, esos son mis sonetos.
¿Cuantas veces te he soñado?
¿Cuantas veces te he imaginado?
¿Cuantas veces...?
Mis ojos desean verte de nuevo,
el dulce de tus labios probar,
tu suave cuerpo en estos brazos sin dueño,
mis lágrimas quieren ser tu manantial.
Si tu aire es que necesito para respirar,
¡nó!, pensar que no solo es tu aire,
también es tu corazón, lo que necesita este autor,
¡nó!, dejar atrás esa obsesión, misión que dará salvación.
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