En un añoso solio,
Yace exánime un vejestorio
De pigmento marrón hasta los luceros
Perdidos en un retrato que es su recuerdo
Por cada pestañeo, un oleaje rodea sus ocelos,
Embarcados en un mar de anhelos,
Anhelos de un viejo testamento.
Cubierto por un fardo,
Color verdoso, un tanto decolorado,
Un dulce bálsamo,
Bálsamo de su doncella,
Doncella que una vez paseo, por ese balcón.
Una pequeña sonrisa se dibuja,
Un suspiro sale desde su corazón,
Roza sus cálidos dedos en un medallón,
Medallón que un día, vistió la tirilla
De su dama, de su prometida, de su vida.
El cielo, reluce su hermoso vestuario nevado
El sol, la alegría irradiada de su risita
Las estrellas, su sencillez
La luna, es la misma mujer.
NO MOLAS TIO TU BLOG ES UNA MIERDA , BUUUUUUUUU APESTASSSSSSSSS
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